La regla ha acompañado a la humanidad desde siempre, pero aún hoy la menstruación es un tabú, envuelto en silencio, vergüenza y desconocimiento. Para entender cómo se percibe la menstruación en nuestra sociedad actual, salimos a la calle y hablamos con personas de distintas edades y géneros. Sus respuestas nos dejaron claro que, aunque hemos avanzado, todavía queda mucho camino por recorrer
Cuando preguntamos por el primer recuerdo relacionado con la regla, la mayoría de las mujeres hablaron de susto, incomodidad y confusión. Esta sea probablemente una de las principales razones por las que hemos decidido salir a la calle para romper el hielo y hablar sobre la regla. La falta de información ha sido clave en la mayoría de entrevistas con las personas entrevistadas. De hecho, una joven confesó que al levantarse con la ropa manchada no supo cómo reaccionar, que «fue horrible«, dado que no se había hablado mucho sobre ello en casa.
Sin embargo, también encontramos casos donde la menstruación fue, por primera vez, un motivo para empezar a hablar:
“Recuerdo que a mi hermana le vino antes que a mí y fue entonces cuando en casa se rompió un poco el silencio”.
La realidad es que, generación tras generación, la conversación sobre la menstruación ha sido insuficiente, y esto nos lleva a preguntarnos: ¿sigue siendo un tabú hablar de la regla?
La regla como tabú: un problema que aún persiste
«En mi época no sabíamos ni de dónde salían los niños”, nos confesó una mujer de 90 años.
Y aunque hoy las cosas han cambiado, el silencio alrededor de la menstruación no ha desaparecido del todo. Tanto hombres como mujeres coincidieron en que la regla sigue siendo un tema poco tratado.
4 de cada 5 personas entrevistadas creen que la menstruación sigue siendo tabú y que aún falta mucho para normalizarla. Incluso uno de los hombres entrevistados reconoció lo siguiente:
“Falta bastante información y más si eres hombre, porque no te lo explican”.
El colegio: el gran ausente en la educación menstrual
Si el hogar no es el lugar donde se habla de menstruación, ¿lo es el colegio? La respuesta es clara: no. Tanto hombres como mujeres coincidieron en que la información sobre la regla en las escuelas sigue siendo deficiente:
«En mi colegio no se hablaba nada de esto», afirmó una joven, mientras que un hombre explicó cómo su conocimiento sigue siendo limitado: “Sé que tiene algo que ver con el óvulo y los ovarios, pero es difícil de entender si no te lo explican bien”.
Generaciones anteriores confirman que esta situación no es nueva: “Era algo prohibido. Nadie decía nada”, recordó una mujer de más de 90 años.
Productos menstruales: ¿justicia económica para la regla?
Si hay algo en lo que todas las personas entrevistadas coincidieron es que los productos menstruales deberían ser más asequibles. Incluso un hombre lo expresó con total claridad:
“No me cabe en la cabeza que alguien tenga que pagar más solo por nacer y tener la regla”.
La mayoría de las mujeres pidieron productos más baratos y sostenibles. Muchas destacaron la copa menstrual como un cambio positivo: “Me parece el mejor método; la empecé a usar para generar menos residuos y no pienso volver atrás”.
La Menstruación es un tabú, prueba de ello el peso de la vergüenza para muchas entrevistadas
Uno de los temas más impactantes fue el relato de momentos incómodos relacionados con la regla. Desde mancharse en el colegio y convertirse en el centro de las burlas, hasta el secretismo innecesario al pedir una compresa:
«Parecía que estabas pasando droga», relató una joven con humor y resignación. Otro momento incómodo fue cuando su madre anunció en una comida familiar que le había bajado la regla: “¿Y qué pasa? A todas nos pasa, ¿me tengo que alegrar, asustar? No lo entiendo”.
Este tipo de situaciones reflejan cómo la vergüenza y el secretismo aún rodean a la menstruación, incluso cuando es un proceso natural y compartido por millones de personas.
La regla perfecta: menos residuos, más comodidad
Cuando preguntamos cómo sería el producto menstrual ideal, las respuestas giraron en torno a la sostenibilidad y la comodidad. La copa menstrual destacó como la gran favorita entre las entrevistadas, tanto por su impacto ambiental como por su practicidad.
“Es un inventazo, le cambió la vida a mi hermana”, comentó un joven.
Pero también hubo espacio para sugerencias: algunas mujeres en un principio pidieron mejoras en su diseño y facilidad de uso, por ello celebraron la existencia de aplicadores para facilitar su colocación.
¿Cuánto cuesta tener la regla?
Al preguntar a los hombres si sabían cuánto cuestan los productos menstruales, la respuesta fue difusa. Algunos aproximaron precios erróneos, lo que demuestra una realidad: muchas personas desconocen el coste económico que supone menstruar.
De hecho, tras un análisis de la asociación de consumidores, usar compresas de un solo uso o tampones durante 10 años puede superar los 500 euros de gasto, mientras que la copa menstrual de enna cuesta menos de 25 euros la unidad.
Si tenemos en cuenta que los productos menstruales son una necesidad básica, la falta de conciencia de los precios reales de cada método deja claro que aún nos queda trabajo por hacer para que la menstruación sea vista como lo que realmente es: un tema de salud pública y justicia económica.
Normalizar la regla empieza por hablar de ella para que la menstruación deje de ser un tabú
La menstruación sigue siendo un tema envuelto en silencio, pero las voces recogidas en este reportaje demuestran que cada vez hay más personas dispuestas a romper ese tabú.
4 de cada 5 mujeres creen que aún queda mucho camino por recorrer. Y quizás la clave esté en empezar a hablar, sin vergüenza ni secretismo, sobre lo que significa tener la regla. Porque como bien dijo una entrevistada:
“Nos pasa a todas, y no debería darnos miedo decirlo”.
¿Qué opinas? ¿Crees que la conversación sobre la menstruación ha cambiado lo suficiente o aún queda mucho por hacer? ¡Hablemos de la regla!