Una pareja sana puede tener problemas de fertilidad a causa de factores ambientales que afectan a la producción y a la calidad de los espermatozoides en el hombre, y a la alteración del ciclo menstrual y a la ovulación en la mujer. Por ello, una vida sana es esencial para aumentar las posibilidades de embarazo: reducir la ingesta de cafeína, evitar el tabaco y el alcohol, practicar ejercicio, dormir bien, tener una dieta equilibrada con presencia de vegetales y cereales e intentar reducir el estrés.
También es importante tener un buen conocimiento de cuáles son nuestros días fértiles (periodo de ovulación). Se pueden utilizar métodos como el control de la temperatura basal, el método Billings a través de las secreciones vaginales o utilizar un test de ovulación.