¿Es lo mismo el flujo y la lubricación? No, no es lo mismo de igual manera que no es lo mismo ser que estar, no es lo mismo estar que quedarse, ¡qué va! (¡Qué levante la mano la que haya cantado esta última frase). Por eso, hoy os vamos a dar las claves para diferenciar una buena lubricación de un flujo abundante, porque, amiga, no sirven para lo mismo tampoco.
¿Qué es el flujo vaginal?
– Está presente siempre. Depende de la fase del ciclo será más o menos cuantioso, también dependiendo de qué momento del ciclo reproductivo, en el embarazo, por ejemplo, suele ser muy abundante.
– Actúa como un mecanismo natural de limpieza de la vagina y la protege frente a patógenos extraños. Algo así como una barrera fluída que filtra todo aquello malo que no debe entrar en la vagina.
– Facilita la movilidad de los espermatozoides durante los días fértiles, hace que resbalen mejor y lleguen hasta su meta..
– Varía de cantidad, aspecto y color dependiendo de la mujer, así como de su edad.
– Le afectan los cambios hormonales, por eso es variable, y su color y textura te dice mucho sobre la salud, igual que la sangre menstrual.
Entonces, ¿Qué es la lubricación?
– Sólo aparece con la excitación sexual, es una respuesta física a cuando vemos algo que nos gusta sexualmente.
– Tiene la función de hacer más fácil la penetración durante las relaciones sexuales y a mantener un pH neutro para facilitar la supervivencia de los espermatozoides en la vagina.
– Puedes estar excitada y no lubricar. En la lubricación juega un papel importante la salud mental y, en casos de estrés y ansiedad por ejemplo, puede ser que a pesar de estar muy excitada, la respuesta física no sea suficiente. En casos como estos puede usarse sin problemas un lubricante a base de agua como enna moisturizing.
– Además de factores como el estrés, algunos medicamentos o tratamientos médicos también afecta a las mucosas y la lubricación, así como los tampones que de por sí resecan la zona íntima.
¿Lo Sabías?