Las reglas dolorosas son síntoma de que algo no acaba de funcionar. Un período sano no debería dolor, puedes tener molestias e incomodidad, también los días previos, pero el dolor no debe ser incapacitante ni debe condicionar tu día a día. El término que designa los dolores durante la menstruación es dismenorrea y hay diferentes grados.
Dismenorrea: tipos y orígenes
La dismenorrea primaria es un dolor que no proviene de una enfermedad o trastorno. Se debe a la concentración de prostaglandinas, las sustancias que se encargan de la contracción y relajación del útero. Esta concentración de prostaglandinas da lugar a los calambres y contracciones durante el síndrome premenstrual o durante algún día de sangrado. A medida que pasan los años, disminuyen los niveles de esta sustancia lipídica y el dolor puede disminuir. También después de haber dado a luz.
La dismenorrea secundaria tiene su origen en problemas existentes en el útero o en los ovarios, como pueden ser los miomas o la endometriosis. Es un dolor más intenso y duradero que a diferencia de la dismenorrea primaria, aumenta con los años. Además, suele venir acompañado de problemas de fertilidad, sangrado entre reglas, dolor pélvico o en las relaciones sexuales o menstruaciones más abundantes de lo habitual (lo normal es entre 40 y 80 ml).
¿Puede tratarse el dolor intenso en la regla?
Los dolores de regla suelen tratarse con analgésicos que suelen ser bastante efectivos en cuanto se notan los primeros indicios de dolor. Realizar ejercicio, aplicar calor en la zona del bajo vientre y mantener una dieta equilibrada también son opciones eficaces para tratar los dolores menstruales.
Actualmente, la endometriosis no tiene cura, pero se recomiendan tratamientos hormonales para mitigar sus efectos como los anticonceptivos orales que suprimen la menstruación progestinas que ayudan a reducir el dolor o análogos de GnRH que reducen los niveles de estrógeno hasta el punto de hacer desaparecer el ciclo y la menstruación.
Otra opción son los tratamientos quirúrgicos que incluyen tratar con láser los quistes o endometriomas para reducirlos, drenarlos o hacerlos desaparecer.
Dado que aún hay mucho desconocimiento alrededor de la endometriosis, un diagnóstico certero pasa por realizar una laparoscopia. Esta intervención permite examinar los órganos pélvicos y si es necesario extirpar los implantes y tejido cicatrizal.
En el caso de los miomas, también hay mucho desconocimiento y la causa exacta no está bien establecida aunque puede ser por un aumento de estrógenos y un factor hereditario. Los fármacos actualmente más empleados en el tratamiento médico de los miomas uterinos son los análogos de la GnRH como en el caso de la endometriosis aunque no suelen llegar a desaparecer por completo, sino que sólo reduce su tamaño y presenta síntomas secundarios similares a la menopausia.